Qué es la educación en medios de comunicación

El poder de los medios de comunicación en nuestros días es algo que afecta en mayor o menor medida tanto al mundo educativo, como a cualquier otro ámbito de la sociedad. Sus opiniones, sus reflexiones, sus comunicaciones pueden generar movimientos sociales en uno u otro sentido, pueden crear corrientes de opinión en función de la política que apliquen en su labor profesional. Claros ejemplos en España los tenemos con periódicos y cadenas de tv cuya ideología está oculta bajo un manto de objetividad y contar “simplemente lo que ocurre”, pero ese contar, esa forma de transmitir tiene una gran cantidad de matices y caminos por los que discurrir, siendo alguno de ellos perfectamente perverso y orientado hacia algún objetivo beneficioso para quien da la información o su ideología. La educación no está exenta de este tipo de cuestiones, y en este contexto se debe tener un cuidado especial, ya que nuestros clientes, nuestros alumnos, por edad y contexto social son fácilmente manipulables, sin ir más lejos con una simple campaña publicitaria. De poco o nada va a servir nuestro esfuerzo docente orientado a los alumnos a ser independientes y críticos con todo aquello que les llegue, que analicen, reflexionen y valoren en función de sus puntos de vista personales, si después campañas o supuestos mitos difundidos de tal o cual forma hacen que el discente considere lo transmitido en el aula como “cuestiones sin interés y alejadas de la realidad que él percibe, ¡su realidad!”. Por supuesto no queremos dar a entender que la labor desarrollada por los profesores caerá en saco roto en un porcentaje alto, sino más bien al contrario, quizás también habría que educar (no aleccionar ni instruir) a los medios de comunicación en general, a sus responsables, a sus asesores, a sus portavoces, y a todo aquel que genera opinión pública en valores como el respeto y la conciencia de cada cual. No consideramos que el tener una determinada ideología por parte de los medios sea algo malo, sino que la perversidad de la cuestión está en tratar de ocultarla y no hacerla manifiesta con el objetivo de que todo aquel que se acerque al medio de comunicación que sea, conozca y valore cuáles son sus ideales y objetivos, así como la forma de conseguir éstos. En todo este entramado no debemos tampoco olvidarnos de la labor educativa que debe desarrollarse en las casas por parte de padres y tutores, una labor que debe discurrir en consonancia con los saberes que la escuela transmite, y donde la alerta y la precaución ante cualquier información que se difunde por parte de los medios de comunicación, fomentando el carácter crítico y consciente deben ser dos cuestiones que siempre deben estar presentes.