Generación Look at Me

Todos los nacidos a partir de la década de los 80 pertenecerían a lo que se denomina la generación Look at me. Esto coincide con el gran avance de las tecnologías y nuestra accesibilidad a ellas. Los jóvenes de hoy en día hablan de estas aportaciones tecnológicas como la cosa más normal pues están presentes en su día a día desde el mismo momento que nacieron. No como nosotros que hemos visto como estas nuevas tecnologías de la información y la comunicación iban interrumpiendo en el desarrollo de nuestro día a día, desplazando a medios de comunicación tradicionales a los que estábamos acostumbrados.

Este artículo pone de manifiesto la tremenda tecnificación a la que esta generación tiene acceso y el uso que de ella hace. Este acceso, la formas de uso y las consecuencias están trayendo consigo un sinfín de hechos hasta este momento desconocidos. Nos viene a la memoria el juicio que se está celebrando respecto a los jóvenes que rociaron con combustible a una indigente en un cajero de Barcelona y que falleció a consecuencia de ello. Estos jóvenes se permitieron el lujo de grabar con la cámara de vídeo de un móvil la brutal agresión.

Pero no se puede decir que sea un caso aislado. Cada poco tiempo algún telediario nos sorprende con noticias de agresiones de jóvenes en institutos a otros compañeros que son grabadas y distribuidas a través de las redes sociales de la red a las que los jóvenes están tan “enganchados”. Lejos de aprovechar lo que de bueno tiene este acceso a la tecnología, parece que sólo tiene cabida el lado perverso de la juventud.

El articulo también habla de las personalidades que estos jóvenes se crean a través de la red. La facilidad en su acceso hace que proliferen redes sociales donde cada uno “puede ser lo que desee” de una forma ficticia y virtual. Se crean un yo irreal, y se meten tanto en ese personaje que a veces acaban confundiendo su verdadero yo con ese virtual. En teoría estas redes sociales deben fomentar la comunicación, pero se pueden llegar a dar casos de aislamiento. Muchas veces los jóvenes pasan horas y horas delante de la pantalla del ordenador o enganchados a su teléfono móvil, en lugar de fomentar la comunicación "en vivo y en directo".

Esperamos que el tiempo traiga un determinado sosiego y tranquilidad en este aspecto y que sirva para que la juventud se de cuenta que la personalidad válida es la que nos acompaña día a día, en el cara a cara con nuestros semejantes y con el conjunto de la sociedad, y no la que de forma arbitraria tu muestras lo que quieres y ocultas no que no deseas que se sea de ti.

Aun hoy es muy pronto para saber qué consecuencias tendrá toda esta revolución. Imaginamos que con el tiempo toda esta tecnología y la que en un futuro llegue se integrará en el conjunto de la sociedad como un elemento más a disposición del que lo desee o necesite. En este sentido cabe recordar la llegada de los primeros teléfonos móviles y la revolución que ello supuso, tanto en el beneficio y ayuda que suponen como en el rechazo de determinados sectores de la sociedad. Hoy en día su uso está plenamente estandarizado y asumido por el conjunto de la población.

Queremos concluir diciendo que debemos educar en el uso correcto de las TIC, sujetos que sean críticos con la información que comparten y a la que pueden acceder, y educar en el correcto uso y utilización de las TIC.