En conjunto nos resulta sencillo afirmar que este compendio de artículos son claramente asumibles po
r cualquier persona que tenga un mínimo de razonamiento y cordura. Cuestiones como la inviolabilidad de la información, igualdad en cuanto al acceso y oportunidades respecto a la producción y difusión de la información, son asuntos perfectamente deseables por un número importante de personas que nos movemos en este mundo del ciberespacio. Si esta declaración surge al amparo de la declaración de los derechos humanos, sesenta años después aun se sigue violando de forma sistemática en muchas partes del mundo, no podemos esperar ni ser ciberidiotas pensando que este articulado va a ser respetado ni asumido en tan corto espacio de tiempo, es más, estamos convencidos que nunca llegarán a ser respetados ni siquiera una mínima parte de ellos.
Esta declaración aun tiene un largo trecho por caminar, pues no debemos olvidar que son los políticos quienes legislan, pero esta cuestión abarca temas tan globales a nivel planetario, que el consenso habría de ser muy grande, asunto harto difícil de conseguir. En este contexto encajan perfectamente las palabras de Vinton Cerf cuando afirma “un control extraterritorial es algo simplemente impensable”. Otra cuestión que debe estar presente es que la declaración de los derechos humanos de la que emana esta declaración de los derechos humanos en el ciberespacio surgió en el año 1948, una fecha muy singular donde el auge y creación de organismos internacionales orientados a la consecución de una paz duradera, consecuencia del desastre de la segunda guerra mundial, era algo bastante frecuente (ONU, OEI, OCDE, creación del estado de Israel, etc.).
Para terminar este comentario sólo indicar que es muy apropiada una idea o borrador de este tipo en un mundo donde parece que lo prima es el conseguir el objetivo al precio que sea, algo parecido a enunciar la famosa frase de Maquiavelo “el fin justifica los medios”, sin tener en cuenta los límites propios ni el respeto por el prójimo.
r cualquier persona que tenga un mínimo de razonamiento y cordura. Cuestiones como la inviolabilidad de la información, igualdad en cuanto al acceso y oportunidades respecto a la producción y difusión de la información, son asuntos perfectamente deseables por un número importante de personas que nos movemos en este mundo del ciberespacio. Si esta declaración surge al amparo de la declaración de los derechos humanos, sesenta años después aun se sigue violando de forma sistemática en muchas partes del mundo, no podemos esperar ni ser ciberidiotas pensando que este articulado va a ser respetado ni asumido en tan corto espacio de tiempo, es más, estamos convencidos que nunca llegarán a ser respetados ni siquiera una mínima parte de ellos.Esta declaración aun tiene un largo trecho por caminar, pues no debemos olvidar que son los políticos quienes legislan, pero esta cuestión abarca temas tan globales a nivel planetario, que el consenso habría de ser muy grande, asunto harto difícil de conseguir. En este contexto encajan perfectamente las palabras de Vinton Cerf cuando afirma “un control extraterritorial es algo simplemente impensable”. Otra cuestión que debe estar presente es que la declaración de los derechos humanos de la que emana esta declaración de los derechos humanos en el ciberespacio surgió en el año 1948, una fecha muy singular donde el auge y creación de organismos internacionales orientados a la consecución de una paz duradera, consecuencia del desastre de la segunda guerra mundial, era algo bastante frecuente (ONU, OEI, OCDE, creación del estado de Israel, etc.).
Para terminar este comentario sólo indicar que es muy apropiada una idea o borrador de este tipo en un mundo donde parece que lo prima es el conseguir el objetivo al precio que sea, algo parecido a enunciar la famosa frase de Maquiavelo “el fin justifica los medios”, sin tener en cuenta los límites propios ni el respeto por el prójimo.
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